La diabetes mellitus tipo 2 (DM2) es la enfermedad metabólica crónica más frecuente en nuestro medio. Está ampliamente demostrada la relación entre el control metabólico de la enfermedad y la presencia de las complicaciones crónicas. Los factores que más importancia tienen para evitar las complicaciones son el control de la glucemia (habitualmente medido por el nivel de hemoglobina glucosilada (HbA1c), la presión arterial, el perfil lipídico, el consumo de tabaco y el grado de obesidad.
Muchos factores de riesgo conocidos, como el patrón dietético, la obesidad, el ejercicio físico y el estilo de vida sedentario, contribuyen a la diabetes. Sin embargo, un número creciente de estudios epidémicos indicó que la duración del sueño también se asoció con la incidencia de diabetes y un aumento de la tasa de mortalidad.
El control glucémico según la American Diabetes Association son las cifras de glucosa en sangre en ayuno entre 70 y 130 mg/dL, o una hemoglobina glucosilada (Hb1Ac) ≤ 7 lo que es posible lograr mediante acciones de autocuidado como una alimentación saludable, actividad física y ejercicio suficiente para mantener un equilibrio entre consumo y gasto calórico, tomar los medicamentos ordenados y auto-monitoreo de la glucosa.
Prevención
Está demostrado que hay medidas simples
relacionadas con el modo de vida que resultan eficaces para prevenir o retrasar
la aparición de la diabetes de tipo 2. Para ayudar a prevenir este tipo de
diabetes y sus complicaciones, conviene:
- conseguir
un peso corporal saludable y mantenerse en él;
- realizar
al menos 30 minutos de ejercicio físico de intensidad moderada la
mayoría de los días, aunque quizá se requiera más ejercicio para controlar
el peso;
- seguir
un régimen alimentario saludable, sin azúcar ni grasas saturadas; y
- no consumir tabaco, pues fumar eleva el riesgo
de sufrir diabetes y enfermedades cardiovasculares.
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